Este alumnado viene con diferentes edades y partiendo
de diferentes situaciones que debemos tener en cuenta. Es importante que se
elaboren protocolos de acogida y de seguimiento en los centros a partir de
algunos ya elaborados.
Lo que aprendan no les debe provocar contradicciones,
es importante que haya diferentes oportunidades de comunicación (relaciones
alumno/ profesora, ... )
La acogida y escolarización así como el aprendizaje de
la lengua no son nunca responsabilidad de un solo profesor. Todo el centro y
toda la clase se han de responsabilizar. Esto nos hace hospitalarios, se
aprende a convivir en la diversidad, se da riqueza con esas relaciones.
El alumno o la alumna debe saber quién es su tutor o
tutora de referencia a quien acudir en cualquier momento tras su llegada al
centro, lugar desconocido en principio.
Debemos mantener las expectativas positivas para que
se dé la participación en la vida del aula y la comunicación en el centro.
Debe adaptarse el curriculo de cada área a la realidad
de cada alumno según su nivel, a veces se quiere correr demasiado deprisa.
Ante las actividades orales se debe proponer un clima
agradable, de humor y con confianza.
No enseñamos una lengua sino una manera de vivir y
relacionarse de forma diferente. Esto entraña a veces conflictos familicires o
sociales.
A veces hay procesos de difícil adaptación cultural,
escolar y familiar. Los procesos son lentos, hay que situarse con constancia y
paciencia.
Pueden estar inhibidos, a veces varios meses, pero
estará asimilando vocabulario y actitudes aunque no hable o le cueste.
Una buena motivación es que las y los compañeros
conozcan su alfabeto y algunas palabras en árabe: saludos, fiestas, exclamaciones,
el propio nombre en árabe,... Algunos son capaces de participar con textos
aljamiados en los murales, en ornamentaciones, etc. Hará que se sientan mas
seguros y valorados.
Es imprescindible que se den situaciones de
interrelación y comunicación con todo el mundo: personal no docente,
profesorado, madres o padres,...
En los medios de comunicación de su país habrán oído
el árabe clásico, les sonará de cara a trabajar con diccionarios. El lenguaje
visual se debe tener en cuenta.
Si han estado escolarizados les sonaron las grafías
latinas, habrán aprendido algo de árabe clásico leído y escrito y ci partir de
tercero habrán comenzado el francés (lengua de la universidad).
Lengua:
· Se escribe de derecha a izquierda. Cada letra tiene
cuatro grafías las según la posición que ocupa en la palabra.
· Sólo tienen tres vocales: a, i, u. Aparecerán
dificultades en la pronunciación que se irán corrigiendo, costará más en los
escritos (dictados...) No las suelen escribir más que en el Corán y en libros
infantiles.
· El alumnado puede tener dificultades con: b/p,
c/z/s, ll, g,...
· El alfabeto tiene otros sonidos consonánticos que no
existen en nuestra lengua.
· No tienen mayúsculas. No hacen la separación de las
palabras al final de la línea.
· No utilizan la coma para separar una serie de
adjetivos- Unen con la conjunción “y” una serie de nombres aunque se repita
mucho. Acostumbran a utilizar el punto y aparte en lugar del punto y coma o los
dos puntos.
· Les cuesta distinguir el masculino y el femenino: en
árabe todos los nombres son masculinos o femeninos (la mayoría) , no existe el
neutro. El masculino se reconoce por exclusión: son masculinos los nombres que
designan varones, posesiones de varones y animales masculino; el resto de los
nombres son femeninos.
· Existe un solo artículo (al) para todos los géneros
y números y se escribe unido a la palabra que determina. Si es masculina se
pronuncia al (al – madrasatu, la escuela) pero si es femenina desaparece el
sonido de la ele y duplica la primera consonante que le sigue (ad-daru, la
casa). Los nombres se declinan. Los adjetivos calificativos se colocan después
del nombre. Si el sujeto es singular el verbo concuerda con él en género,
número y persona.
· Todos los pronombres tienen formas diferentes para
hacer referencia al masculino o al femenino, excepto yo (ana).
· Además del singular y el plural el árabe dispone del
dual para referirse a dos personas.
· El verbo ser y estar son el mismo, nada más se
escriben en negativo. Las frases afirmativas se construyen sin el verbo ser (la
casa es blanca, ad-daru baydun, la casa no es blanca, ad-daru layssat
baydarun).
· El orden sintáctico de las frases no copulativas es
siempre: verbo, sujeto y complementos (“explica el profesor la lección”).
· En árabe no existe diferencia entre tú y usted, sí
hay palabras para expresar la cortesía: “saadatu” mas el nombre de la persona.
Matemáticas:
· Utilizan dos grafías para representar los números.
La lectura de los números es diferente: se leen las unidades antes que las
decenas.
· Se trabaja mucho el cálculo mental y su aplicación a
la geometría y la medida, en detrimento del razonamiento lógico. Los símbolos
matemáticos son los mismos.
· Suma y resta. La descomposición de centenas,
decenas, ... queda plasmada gráficamente y es el mecanismo que utilizan a la
hora de operar. En la división las restas del dividendo quedan plasmadas
gráficamente.
Experiencias:
· Trabajan temas similares. A juzgar por los libros de
texto podría pensarse que hacen mucho trabajo práctico pero el hecho de tener
un número tan elevado de alumnos y alumnas por aula hace que dediquen poco
tiempo a la experimentación. Se trabaja de forma repetitiva. Es muy importante
la memorización.
Plástica :
· Trabajan los trozos geométricos relacionados con la
decoración y el arte árabes. Dan mucha importancia al color. No se fomenta la
creatividad y apenas existen dibujos figurativos o humanos.
· Por la influencia y el valor de la unidad en el
Islam nada debe destacar en las producciones plásticas de ahí la importancia de
la simetría y los giros. Ningún elemento debe escapar ni resaltar en lo
homogéneo.
Educación física :
· La practica del deporte es un buen agente
socializador, los chicos que son hábiles en el fútbol enseguida son reclamados
a lo hora de organizar equipos en el patio. A las chicas conviene
explicar entes las actividades que se van a realizar y la ropa adecuada para su
practica.
· Aparecen los típicos conflictos en las actividades o
juegos de competición que conviene resolver cuanto antes valorando la labor de
equipo para encontrar el éxito.
Lengua extranjera:
· El sistema vocálico y consonántico diferente
que ocasiona confusión en la pronunciación de algunos sonidos del castellano
también les permite acceder fácilmente a otros sonidos propios del inglés o del
francés. Es conocida la habilidad para aprender idiomas. Conviene que
participen de las clases desde el comienzo aunque se tengo que adaptar parte de
los contenidos.
2.
ATENCIÓN EDUCATIVA AL ALUMADO INMIGRANTE: PROVINCIA DE GRANADA
3.- LA REALIDAD LINGÜÍSTICA MARROQUÍ
El colectivo de niños inmigrantes varía desde hijos de padres sin escolarización hasta hijos de ingenieros y licenciados obligados, por una causa u otra, a instalarse en España.
La inestabilidad administrativa y el estado expectante en que vive el trabajador no le permite la tranquilidad y sosiego necesarios para poder pensar en un proyecto de estabilidad duradera en este país.
3.- LA REALIDAD LINGÜÍSTICA MARROQUÍ
La
mayoría de los estudios llevados a cabo, en los últimos diez años, sobre la influencia
de la lengua materna en el aprendizaje del español en inmigrantes de origen
árabe se han centrado casi exclusivamente en el contraste entre el árabe clásico
y la lengua española. No todos los escolares marroquíes son árabes, ni su lengua
materna es el árabe clásico, ni el español es siempre su segunda lengua.
Los marroquíes no hablan el árabe
clásico, ni tampoco lo hablan los egipcios o sirios, por ejemplo. Ningún
árabe habla naturalmente el árabe clásico. Es una lengua adquirida de forma
reglada en una institución de enseñanza. Según algunos lingüistas árabes, la
ventaja de esta lengua es la de «entablar unas relaciones privilegiadas con un
extendido conjunto cultural (el mundo arabófono, y por extensión la umma
islámica» (Laghaout, 1995: 11).
Es verdad que se ha detectado cierta
rehabilitación de dicha lengua como vehículo de comunicación interárabe en los
últimos veinte años, especialmente en los medios de comunicación y en la producción
editorial, pero todavía estamos lejos de poder hablar de su uso diario.
Para hablar esta lengua, es preciso
estudiarla. Un español hablará español por nacimiento; un árabe, con
independencia de su nacionalidad, no habla árabe clásico como consecuencia de
haber nacido en un país árabe. Es una lengua formal. Un egipcio o palestino
para entenderse con un marroquí hablará en clásico y viceversa.
Ahora
bien, se puede percibir una diferencia sustancial con respecto a la conciencia lingüística. Cualquier marroquí es consciente de que lo que habla no es árabe clásico, sino dariya; no obstante,
en muchos países árabes, esta conciencia no existe. Un sirio no estaría
hablando «su lengua» o dialecto, sino «árabe». En otros países como Egipto,
esta conciencia es difusa e indeterminada: no todo el mundo es consciente de
que lo que habla es ammiya. Desde el punto de vista lingüístico, y atendiendo a
los parámetros de la sintaxis, fonología, morfología y, sobre todo, del léxico,
podemos hablar de lenguas distintas. Sin embargo, la diferencia entre «dialecto» y «lengua» viene determinada por
factores políticos más que por los lingüísticos.
No es negable la influencia que el árabe
clásico pueda llegar a tener en la adquisición del español como segunda lengua.
Pero, siempre se trataría de una influencia de carácter secundario. Estaríamos
hablando de la influencia de la segunda lengua sobre la tercera, y en algunos
casos, sobre la cuarta. El español es
para el alumnado marroquí la tercera lengua si es alumnado árabe, la cuarta si
es alumnado de origen beréber, y la cuarta y quinta respectivamente si ha
existido una instrucción previa en francés. En este caso, para el
alumno marroquí. Por ello, algunos aciertos observados en determinadas
conclusiones acerca del contraste entre el árabe clásico y el español, por lo
que se refiere a los niños marroquíes, no se deben a la adecuación del
planteamiento contrastivo, ni a las metodologías aplicadas, sino exclusivamente
a la pura casualidad. El dariya
marroquí, llámese dialecto o no, es una lengua neoárabe que comparte muchos
rasgos lingüísticos con el árabe clásico. Y es esto precisamente lo que
hace posible la coincidencia en algunos aspectos concretos.
Diglosia
en el país de origen
La
primera distinción que es preciso establecer, dentro del mapa lingüístico de Marruecos,
no se circunscribe precisamente a la geografía, sino al uso lingüístico y al
rol social desempeñado por cada una de
las dos lenguas: dariya y árabe.
El dariya es la lengua de uso cotidiano en
la calle, en los mercados e, incluso, en la relación del ciudadano con la
Administración.
La lengua árabe, clásica, es la lengua de los
telediarios, de la prensa, de los tribunales y de cualquier manifestación escrita.
La diferencia fundamental entre los dos
sistemas es: oralidad/escritura. El dariya es la lengua
oral y el árabe es la lengua escrita. Cuando una persona se dirige a un
funcionario que está detrás de una ventanilla para solicitar un certificado, lo
hace en dariya, pero el funcionario se lo expide en árabe clásico.
Con
respecto a la lengua árabe clásica, resulta imposible hablarla sin un esfuerzo consciente
de aprendizaje. Para la mayoría de los estudiantes marroquíes, esta lengua
ocupa el segundo o tercer lugar en su programa de estudios. La relación entre el dariya y el árabe es una relación de diglosia,
más que de bilingüismo.
Bilingüismo
en el país de origen
La realidad lingüística de Marruecos es
compleja. En la configuración de esta realidad confluyen dos parámetros
esenciales: el espacial y el histórico.
No en todo el territorio marroquí se
habla una sola y misma lengua. Existen varias lenguas, y cada una de
ellas tiene numerosas variantes. El árabe «dialectal» que se habla en Tetuán
difiere sustancialmente, por ejemplo, del que se habla en Khouribga o Klaa o
Des Sraghna, en el centro de Marruecos. Las variaciones van desde lo morfológico
hasta lo fonológico, pasando por lo léxico.
Bilingüismo
administrativo y académico
El pasado colonial de Marruecos obliga a
otra consideración tomando como parámetro este factor histórico. Los
protectorados español y francés, en el norte y sur, y centro de Marruecos,
respectivamente, han introducido esas dos lenguas en el panorama lingüístico de
este país norteafricano. No obstante, España y Francia no han tenido el mismo
concepto de «protectorado». Francia no sólo se encargó de ocupar los
territorios, sino también las mentes, en una especie de «protectorado» lingüístico
y cultural. Tanto es así que, incluso ahora, casi cincuenta años después de la
independencia, la Administración marroquí, a pesar de declarar constitucionalmente
como lengua oficial el árabe, sigue siendo, en muchos aspectos, bilingüe,
basculando entre el árabe clásico y el francés. No es de extrañar, pues, que
veamos documentos árabes expedidos en: a) lengua árabe, b) árabe con
anotaciones en francés, c) lengua francesa y d) francés con el sello, la rúbrica
y la firma del funcionario en árabe.
En casi todas las oficinas de la Administración
marroquí existen dos juegos de sellos: uno en francés y otro en árabe. La
enseñanza superior sigue siendo mayoritariamente francesa: parte de las carreras
de Humanidades sigue impartiéndose en francés y casi todas las carreras de
ciencias se enseñan y estudian en dicha lengua: Matemáticas y Física (MP), Química
y Física, Biología, Geología, Informática, Ciencias económicas y todas las ingenierías,
por citar sólo algunos ejemplos. La elite marroquí es profundamente
afrancesada;
algunas familias manejan el francés como lengua de comunicación.
Pero
de estas familias no salen inmigrantes, aunque sus miembros sean buenos conocedores
del extranjero, y cuando se trasladan, como diplomáticos, ejecutivos o empresarios,
a países que no son Francia, envían a sus hijos al Instituto Francés.
Bilingüismo
social
En
Marruecos no sólo se habla el dariya. Existe otra lengua que nada tiene que ver
con el árabe que es el beréber, una especie de protolengua que reúne tres variantes
distintas. Para situarla en un contexto español, es como si habláramos del eusquera
con respecto al castellano. Si el dariya puede considerase como una lengua
neoárabe, o dialecto según muchos, el
beréber es una lengua completamente distinta de las dos anteriores y sus tres
variantes tarifit, tamazight y tachelhit son usuales y se hablan en Marruecos
junto con el dariya.
En
este caso, podemos hablar de un bilingüismo que se da tanto en los individuos como
en la sociedad. ¿Quién habla el beréber?
En
Marruecos, el beréber es la lengua de
los primeros residentes de este país norteafricano. Los beréberes llaman a su
lengua, tamazight. Los hablantes de tamizight han continuado hablando su
lengua, tolerada, aunque no apoyada por los árabes cuya prioridad ha sido
siempre la islamización, pero nunca la arabización contrariamente a lo
sostienen no pocos investigadores que intertextualizan. La arabización es el
resultado de la islamización y no viceversa. Sin embargo, existen todavía
beréberes, musulmanes, que no entienden ni hablan árabe. Hay que mencionar
también la realidad de que muchos árabes se han bereberizado, pasando a hablar
alguna de las variedades del beréber. Los relativos problemas surgidos entre
árabes y beréberes coinciden con el pasado colonial del norte de África y, posteriormente,
con el surgimiento del clima universal propicio a la ecología cultural y
lingüística.
Variedad
y variantes lingüísticas en Marruecos
En Marruecos se habla dariya, hassaniya,
tarifit, tamazight, tachelhit, árabe clásico, francés y, parcialmente, en algunas
zonas del norte y sur de Marruecos, el español
¿Dónde
se habla mayoritariamente una lengua, y dónde se habla otra?
El
árabe y el beréber
Cuando
se habla del árabe y del beréber, desde el punto de vista de la sociolingüística,
se entiende como un conjunto de variantes para un caso y un conjunto de otras
para el otro; es decir, como una especie de genotipos lingüísticos. El dariya,
la lengua vernácula de Marruecos, engloba, según algunos investigadores, cuatro
grupos dialectales: Arubi, Jebli, Bedui y Hassani. El beréber es, en realidad,
el conjunto de tres lenguas que son: tarifit, tamazight y tachelhit.
Los
grupos dialectales árabes: Dariya que engloba a los subgrupos
Djebli, Arubi, Bedui, Hassani. Todos estos grupos, a pesar de variaciones
fonológicas, morfológicas, en algunos casos sintácticos, pero sobre todo
léxicas, son inteligibles entre sí.
Los
grupos lingüísticos y dialectales de Tamazight:
Tarifit, Tamazight, Tachelhit. Estas tres lenguas proceden, probablemente, de
una protolengua actualmente desaparecida. La inteligibilidad espontánea entre
hablantes de cada una de estas lenguas con hablantes de otra, es imposible. De
hecho, un hablante de tarifit, para entenderse con otro de tamazight o
tachelhit, por ejemplo, usará el Dariya o uno de sus grupos dialectales.
Ahora
bien, ¿cómo se reparten el espacio y la población estos dos grandes grupos de
lenguas? El mapa lingüístico de Marruecos es inexistente y no es nada fácil hacerlo.
Elaborarlo es una tarea de dialectólogos, profundamente lingüistas, y plurilingües
que hablen todas estas lenguas y que sean capaces de pensar sobre ellas desde
un punto de vista metalingüístico. No se trata sólo de circunscribir una lengua
a una zona determinada, sino también identificar a los hablantes de una lengua
dentro de los hablantes de otra. Tampoco será fácil hacer un mapa lingüístico
espacial que establezca con precisión dónde comienza una variante lingüística y
dónde termina en zonas inmutables como el Rif o el Atlas.
En
cualquier caso, la influencia de cada uno de estos grupos sobre el niño inmigrante
es distinta. Estamos entre grupos de niños aunque marroquíes todos heteregóneos.
Esta realidad es muy fácil de explicar y de entender en España, no todos los
hijos de los emigrantes españoles al extranjero son hablantes nativos del
castellano,
los hay catalanes, vascos, gallegos, y si entramos en más detalles podemos
sacar más grupos y subgrupos lingüística. La unicidad del documento de viaje,
pasaporte, y de la nacionalidad no homogeniza al grupo. La unificación de los grupos
humanos es un criterio político más lingüístico o educativo.
Los
factores extralingüísticos y su incidencia en la adquisición del español
El éxito en la adquisición de la lengua
española, además de la influencia de las lenguas nativas, depende en primer lugar de la voluntad y
disposición del aprendiz, pero también del conjunto de las circunstancias vivenciales del inmigrante.
El
factor sentimental y la visión de la familia sobre el otro son también determinantes
en el aprendizaje del idioma. Estadísticamente, están más interesados en que
los hijos adquieran el idioma los padres con estudios, aunque no faltan entre
“padres analfabetos” los que aspiran a que sus hijos consigan lo que ellos no
pudieron alcanzar. Este hecho es bien notorio entre la inmigración joven.
El rechazo del español que, cuando existe, es
radical, es también una cuestión sentimental.
Es muy fácil que un inmigrante, desengañado al descubrir que España no es lo
que había soñado, transmita ese desengaño a sus hijos.
La inestabilidad laboral del inmigrante,
sea legal o no, trabajador en el sector agrícola, ganadero o de servicios, es
determinante: no son pocos los niños que han pasado por el catalán y valenciano
para terminar aprendiendo el eusquera. La
poca unidad idiomática que hay en España es un problema importante cuando el inmigrante
es itinerante.
El entusiasmo del inmigrante
hacia el español es proporcional al grado de relación que mantiene con lo
español.
Son las vivencias personales, el grado
de cultura y educación de la familia y la visión que se tenía antes de la
llegada a España los elementos que, en gran medida, influyen en la visión que
el niño pueda tener del sistema educativo. Toda esta serie de
factores que rodean la vida del inmigrante condicionan asimismo su interés por
la lengua española y determinan su aceptación como medio de promoción y
progreso en sus estudios.
Por tanto, todos estos
condicionantes de tipo familiar o social deben tenerse en cuenta, desde el
punto de vista didáctico, para el desarrollo de cualquier proyecto de enseñanza
del español para los niños marroquíes recién llegados.
Conclusión
La
heterogeneidad tanto en la experiencia de vida previa a la llegada a España como
en el grado educativo y cultural de los padres son determinantes. Es esencial, pues,
no perder de vista los factores siguientes:
La
heterogeneidad lingüística obliga a multiplicar los esfuerzos y desmenuzar las estrategias
educativas para garantizar la homogeneidad necesaria a la hora de emprender
cualquier tarea de enseñanza de estas características.El colectivo de niños inmigrantes varía desde hijos de padres sin escolarización hasta hijos de ingenieros y licenciados obligados, por una causa u otra, a instalarse en España.
La inestabilidad administrativa y el estado expectante en que vive el trabajador no le permite la tranquilidad y sosiego necesarios para poder pensar en un proyecto de estabilidad duradera en este país.
No
obstante, tenemos que tener presente que
los hijos de estos inmigrantes serán futuros ciudadanos españoles.
Entenderlo de otro modo, es dinamitar el sistema y convertir los actuales retos
en problemas para el futuro.
La inestabilidad laboral obliga al inmigrante
a dedicarse a buscar trabajo más que a «preocuparse» por la enseñanza de sus
hijos.
El trabajador de a pie, sobre todo en los
sectores de la construcción y de agricultura y ganadería, no establece una relación directa entre el esfuerzo que debe hacer para
que sus hijos aprendan y la futura utilidad de dicho aprendizaje.
La
cultura social e institucional del marroquí, pero sobre todo el sentimiento de inferioridad, son
también problemas para el progreso escolar.
Pocos padres de origen marroquí acuden a la
escuela para recibir orientación sobre el proceso educativo de sus hijos, como
si los profesores fueran los únicos responsables de ello.
Fuente:
http://cvc.cervantes.es/debates/debates.asp?vdeb=27
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